Los Narciso

Compañía Helena Martín

Espectáculo de teatro-danza en coproducción con los Teatros del Canal.

Adaptación libre y contemporánea del mito de Dido y Eneas para cinco bailarines creada por la coreógrafa Helena Martín con la colaboración de Pablo Peña, que ha creado un imaginario sonoro que va desde la ópera original de Purcell a las piezas de ebrio vodevil de Tom Waits, pasando por las sugerentes y evocadoras bandas sonoras de Mica Levi o el oscuro y expresivo rock de Nick Cave.

Hansel Cereza,
director de escena, artista multidisciplinar y co-fundador de La Fura dels Baus, ha diseñado el espacio escénico, que ha sido iluminado por Gloria Montesinos.

La producción ha contado con una gran acogida y ha recibido muy buenas críticas, que han destacado que nos encontramos ante una creación de “danza teatro con aires de Pina Bausch y ecos de Bob Wilson”.


  • «La muerte es ahora una invitada bien acogida». Estas palabras que Dido le dirige a su hermana antes de quebrarse en un profundo lamento son el punto de partida de «Los Narciso».

    Como en la ópera de Purcell, Eneas se sienta en la mesa de la tragedia clásica, pero también comparte el aciago destino que acecha en cada rincón de esta familia, de cualquier familia.

    Las miserias cotidianas, el amor y la muerte son tres convidados más, tres comensales más de esta obra de danza-teatro que invita al espectador a unirse en una celebración infinita con los Narciso, vidas repletas de huecos y esquinas.

    Helena Martín

  • Dirección y Coreografía | HELENA MARTÍN


    Madre | REMEI DOMINGO
    Dido | LUCÍA FERNÁNDEZ
    Eneas | DAVID ACERO
    Hija | YOLANDA BARRERO
    Yerno | DANIEL MORILLO


    Composición musical y Espacio sonoro | PABLO PEÑA
    Diseño de Iluminación | GLORIA MONTESINOS Y KEITH YETTON
    Diseño de vestuario | HELENA MARTÍN y MARTA OTAZU
    Arreglos y confección | VÍCTOR DONOSO
    Diseño de espacio escénico | HANSEL CEREZA
    Imagen y fotografía | SILVIA DEL BARRIO
    Producción | MARTA OTAZU · LA FIGURANTA

  • El sentimiento de pérdida, la ausencia, la aceptación, la celebración del amor, de la muerte, el desencuentro o el impasible e inexorable paso del tiempo han sido el leitmotiv de la creación musical y coreográfica para Pablo Peña y Helena Martín.

    Ambos compositores han plasmado esas ideas tanto en los sonidos como en el movimiento, pasando de piezas solemnes a música ligera, bailes báquicos y a canciones desoladoras.

    Como en un funeral que muta en boda y de nuevo en funeral, la música, el movimiento y la escena, discurre entre diferentes estados en busca de una luz que nunca termina de llegar y que, finalmente, se apaga para siempre.

    Bajo algunas premisas como la de asignar un sonido a cada personaje como parte del relato o de darle a las escenas una banda sonora que sostenga la dramaturgia por si misma, Peña nos envuelve en grandilocuentes trompas, lejanos shofares, campanas eternas, arrastre de cristales, distorsionadas vuvuzelas, lamentos de violas, atronadores pájaros o pianos desafinados. Un imaginario sonoro que va desde la ópera original de Purcell a las piezas de ebrio vodevil de Tom Waits, pasando por las sugerentes y evocadoras bandas sonoras de Mica Levi o el oscuro y expresivo rock de Nick Cave.

    Maestría musical para una composición coreográfica exigente